Estuvimos largo rato hablando, riéndonos y contándonos cosas. Siempre me haces reír.
Después de casi una hora de estar hablando, me comentaste que harías un viaje, y que te encantaría verme. Yo no lo podía creer, tanto tiempo sin vernos, tantos deseos acumulados y por fin eras tú el que reclamabas que deseabas verme. Yo no decía nada, no quería dar la sensación de premura, hasta que al final me preguntaste si realmente me apetecía.
¿ Apetecerme ? Pero si estaba deseando, me moría de ganas por volver a estar contigo, y te contesté :
--- Si, la verdad es que estaría bien volver a vernos.
Mi contestación te dejo un poco sorprendido, y así me lo hiciste saber.
--- Te noto un poco apagada, como si realmente no te hiciera mucha ilusión.
¿ Apagada ? ¡ Madre mía ! Solo tenía que haberme visto en ese momento, si así hubiera sido se hubiera dado cuenta de mi excitación. Pero no quería parecer deseosa...no.
Le respondí que sí, que me apetecía mucho, que estaba un poco cansada, eso era todo.
--- Bien, entonces quedamos así ¿ Nos veremos ?
--- Claro que sí, nos veremos.
Nos despedimos y colgué.
¿ Cómo puede conseguir que mi cuerpo reaccione de esa forma solo con escuchar su voz?
Me quedé largo tiempo con el teléfono cogido en la mano, sobre mi pecho y con una sonrisa en mi cara. Recordé los momentos en los que estamos juntos... su forma de tocarme, sus besos, sus ojos clavados en mis ojos cuando me está haciendo el amor...y cuando me quise dar cuenta estaba yo acariciandome.
Estaba húmeda, muy húmeda y necesitaba sentir. Fui recorriendo mi cuerpo, acariciaba mis pezones que estaban especialmente sensibles, a la vez que con mi otra mano mis dedos exploraban mi clítoris y mi vagina.
Me abandoné a esa sensación. Cuando estoy así de excitada mi cuerpo responde a todas mis caricias, y con mi mente en Charly me masturbé, llegando al orgasmo varias veces, hasta quedar totalmente rendida.
Anoche dormí estupendamente.
©Paola