domingo, 25 de abril de 2010

DULCE DESPERTAR


Me desperté en la mañana después de un sueño reparador, mojada y con ganas de amar. Me acerqué a Charly, que aún dormía y sin muchos preámbulos me dediqué a despertarlo con besos en su sexo, acelerando la pasión con mi lengua y suaves mordiscos. Su pene se despertó y se endureció de las ganas, mientras yo seguía ocupada disfrutando su sabor y textura. Luego me pidió:

-- Amor, para, que aún no quiero correrme.

Le dije con voz muy suave:

--- Pídeme lo que quieras, hoy quiero complacerte.

Él se sonreía, diciendo:

--- Muy bien, quítate el tanga. Te quiero desnuda y quiero ver cómo te masturbas para mí.

Hice lo que me pidió, sin protestar. Mojaba mis dedos con el néctar de mi sexo lujurioso, llenando de aromas la habitación.

Me miraba extasiado, con esa mirada llena de deseo.

--- Está prohibido correrse hasta que yo te lo ordene. Colócate de espalda y de rodillas.

Sin decirme nada, Charly empezó a besarme y a acariciarme por todos mis rincones. Con el recorrer de su lengua yo no podía evitar estremecerme. Mi piel se erizaba y él me agarró por las caderas y con su pene me acariciaba el culito y la entrada de la vagina, jugando con mis jugos y mis labios. No aguantaba más, me volvía loca con su juego y le pedí que por favor me penetrara.

--- ¡No!... me gritó dándome una fuerte nalgada, será cuando yo quiera, calla y obedece.

Mi excitación aumentaba. Mojó un dedo en mi vagina y lo saboreó con placer. Me empezó a lamer la rosita suave, poco a poco y subiendo por el camino que une mi vagina con mi culito, saboreándome toda, mientras con sus manos me apretaba mis hinchados pezones. Mis gemidos se habían convertido en gritos.

Cuando me penetró fue salvaje, me embistió de espaldas y comenzó a moverse frenéticamente, mientras yo gritaba y gemía. Cuando estaba a punto de correrme, se salió de mí. Casi lloro.


Él reía. Me besó largamente en la boca y comenzó a jugar otra vez con mi sexo, que estaba húmedo y delicioso. Me acostó en la cama y colocó mis piernas sobre sus hombros penetrándome profundamente. Siguió bailando en ese acople perfecto, mientras yo gritaba y lloraba de placer. Nuevamente salió de mí, casi haciéndome enloquecer. Su pene parecía crecer aún más. Comenzó a chuparme la vagina, exquisitamente. Yo estaba deseosa de más.

Recorrió mi cuerpo con su pene llenándome de ese olor a él por todas partes, cuando pasó por mi cara, no pude aguantarme y me lo metí en la boca. Él me agarró por los cabellos y me recordó que iba a hacer lo que él quisiera. Me acostó boca abajo y me penetró por detrás, me dio permiso para correrme, cuando él también estaba a punto. Mi orgasmo fue intenso, él me esperó y luego sacó su pene de mí y terminó, llenándome de su semen caliente la espalda.

Se acostó a mi lado, dándome un beso cariñoso y diciéndome:



--- Paola, ya nos tenemos que ir a trabajar. Pero me esperarás en casa a las cinco, porque tenemos pendientes más juegos.

--- Te amo Charly, es lo único que dije a mi extraordinario compañero.

©Paola

martes, 6 de abril de 2010

DESEOS

He sentido que deseas hacer
el amor y me siento excitado,
no domino mi deseo
todo mi cuerpo se agita
con sacudidas y fuego.

Quiero besar tu boca
como la primera vez
y apretar con mis manos
tus cálidos senos,
necesito sentir como crecen
tus pezones entre mis dedos
y que las lenguas bailen
lujuriosas en los besos.

Quiero ver como tu vientre
se aprieta contra el mío
y que enrosques tus piernas
mojándome con tu sexo.

Sí, hoy necesito tanto
llenar todos tus huecos
que me duele no tenerte
y morirme por hacerlo.

Ver tus ojos que me miran
en los últimos escarceos
que nos llevan a la dicha
cataratas de placer,
y cómo esa sonrisa
amplia, y agradecida
se acerca para besarme
una y otra vez.

Pero soñaré que te tengo.

Javi